Joaquín Luis Sola obedecía a su origen argentino: era orgulloso y apasionado y había conseguido recuperar la fortuna de la familia partiendo de cero. Pero seguía doliéndole que la bella Nicole Ashton lo hubiera abandonado hacía cinco años y seguía deseando volver a hacerla suya.
Ahora se le presentaba la oportunidad de sacarse la espina: Nicole estaba dispuesta a ser suya durante veintiséis noches si él pagaba sus deudas. Su talento para las inversiones inteligentes lo había hecho rico, y esa proposición prometía reportarle pingües beneficios…