Scarlett
No quería pasar la cuarentena con mis jefes. Bueno, al menos no con los tres.
Eran multimillonarios, pero solo tenían una secretaria. Al parecer, eran la versión actual de Scrooge.
Me pidieron que fuese su sumisa durante treinta días, y lo pusieron por escrito en un contrato.
Mi respuesta fue no, gracias.
El mayor de los tres, Luke, me dejó el culo al aire y me dio una buena azotaina.
Debería haber salido corriendo pero, en lugar de eso, acabé firmando el contrato y llamándolos «amo».
Luke
Nuestra secretaria necesita que le enseñen una lección, y no solo de mi mano, sino también de mano de mis hermanos.
Pensaba que nuestra oferta era una especie de broma, así que la castigué por ello, dejándola húmeda y ansiosa por más. Le dejé probar cómo sería ser una sumisa y, si es una chica buena, me aseguraré de que disfrute de más placeres aparte de esas rosquillas que esconde en su bolso y a las que les da un mordisco cuando cree que nadie la mira.
Le enseñaré todas esas cosas tan escandalosas que planeamos hacer con ella a lo largo de los siguientes treinta días. Será un año que nunca olvidará.
Nota del editor: Casi malas intenciones incluye azotes y escenas sexuales intensas. Si te encanta leer novelas de este tipo, ¡Compra este libro!