Este sutra relata la conversación entre un brahmán y Kumari Kasyapa. Forma parte de la compilación del Agama sutra, que suele considerarse una compilación fundamental del budismo. Mucha gente cree que en el budismo se discrimina a las mujeres, que estas no pueden alcanzar la iluminación y que incluso son inferiores a los hombres. En realidad, esto es un malentendido sobre el budismo, y esta escritura sería la mejor evidencia de que las bhikkhunis (monjas) también pueden alcanzar la iluminación y guiar a los bhikkhus (monjes) a continuar su práctica. De hecho, el Buda dijo que todos los seres son iguales en cuanto a su potencialidad de llegar a iluminarse. Por ejemplo, en el Sutra del Diamante podemos encontrar lo siguiente: "Todos los dharmas son iguales, no hay superiores ni inferiores. Se dice que la persona que ha sido capaz de observar este aspecto ha alcanzado anuttara-samyak-sambodhi (verdadera iluminación suprema y última)". Igualdad significa que todos los seres sensibles tienen la verdadera naturaleza de Buda, el tathagatagarbha. Es esta naturaleza de Buda la que hace posible el karma y la reencarnación. Si debemos dinero a otra persona en el pasado y nos encontramos con ella en esta vida, sin saberlo, querremos ofrecerle dinero. Del mismo modo, si hemos matado a alguien en el pasado, corremos el riesgo de que esa persona nos mate cuando nos encontremos con ella en esta vida. La naturaleza búdica es idéntica en todos los seres sensibles, por lo que la forma en que tratamos a los demás es la forma en que ellos nos tratarán a nosotros. Aunque esta historia no nombra explícitamente esta naturaleza de Buda, describe continuamente sus características. Disfruta de la lectura. Association du Vrai Cœur, Francia.